“Mi amiga me dice que
hay una casa aquí en Ensenada, no muy lejos de esta colonia.
En esa casa espantan.
Entras a la casa de día y no ves nada. Puedes cerrar la casa bien, cerrar las
ventanas, las puertas, encerrarte bien allá adentro de la casa. Pero no
importa—siempre aparecen los chaneques allá adentro de la casa. Es que ellos
siempre están allá adentro. Si te quedas en esa casa de noche, se te van a
figurar. Se te vean a aparecer los chaneques—esos duendes chiquitos que van
corriendo por la casa. Tú los vas a ver si te quedas allá adentro toda la
noche—o los verás, o oirás las pisadas de sus pequeños pies. Van corriendo por
la casa toda la noche.
Dicen que la casa está
a un lado del panteón. Yo creo que es por eso que espantan en esa casa…”
-Habitante de la
Colonia 89 de Ensenada, B.C.
Les aseguro que, hasta la fecha, no me atrevo a
entrar a la casa que se menciona arriba. Algún día les juro que lo haré—y en
cuanto lo haga, publicaré un texto al respecto.
No es que crea precisamente que podría ver
algo—es que creo en la posibilidad de ver algo. Y lo que más miedo me da es la
posibilidad de toparme con algo que no se limite a las leyes de este mundo
físico. Toparme con un fenómeno que pueda superar cualquier frontera material
para espantarme es una posibilidad que me parece sumamente tenebrosa.
El temor a lo invisible—a lo que no es algo
físico, a lo “sobrenatural”, a los aires malignos—es un tema común en muchas
leyendas de miedo en este mundo. También es algo que sirve como inspiración
para las mejores películas de terror. Las películas de horror que resultan más
“chafas” son, siempre, las que no saben aprovecharse de este temor.
Presento, para su consideración, dos
películas—una mexicana y una gringa—que hacen buen uso del elemento de lo
desconocido e invisible. La cinta mexicana de El
Libro de Piedrahttp://es.wikipedia.org/wiki/El_libro_de_piedra_(pel%C3%ADcula_de_1968) provoca tanto miedo precisamente por el hecho de que, a lo largo de la
película, los espectadores no vemos el peligro. Se hace referencia a la
presencia maligna, al mal, al enemigo, pero no lo vemos. Podemos ver los
efectos de lo que hace, podemos ver su forma de afectar a la personaje
principal y a sus padres, pero en la mayoría de las escenas no vemos el “ente”
que amenaza el bienestar de la familia.
La película de EEUU que se titula “Actividad Paranormal”
(Paranormal Activity) provoca un efecto parecido. Resulta tenebrosa precisamente por el hecho de
que la pareja de jóvenes no entiende de dónde viene la amenaza, la fuerza
maligna que pretende amedrentarlos. Podría estar en cualquier lado. El espíritu
oscuro que los hostiga no se limita a las barreras de este mundo físico. Las
secuelas posteriores a dicha película resultan mucho menos eficaces
precisamente por el hecho de que se recurran a los elementos hollywoodenses más
comunes—hay un personaje físico que trae consigo el mal, por lo tanto se pierde
el elemento de sorpresa, suspenso y misterio.
Volveremos a la misma cuestión de los “espantos
invisibles” con respecto a los relatos de chaneques—pero en futuros textos.
Muchos perciben a los chaneques con la misma postura que se reserva para otros
“seres invisibles”—los espantos, los fantasmas, La Llorona, los espíritus, las
apariciones…en fin, todos los seres que salen en los relatos durante esta
temporada que acaba de pasar, la “temporada de muertos” o “temporada de brujas”.
Pero hay una buena cantidad de relatos de
chaneques que, a pesar del hecho de que provoquen mucho miedo en la persona que
los cuente, parecen no tratarse de seres que son exclusivamente espirituales.
Parecen tratarse de seres físicos. Consideremos
estos relatos en los siguientes textos…
RELATO DE CHANEQUES DE
LA COSTA CHICA DE OAXACA:
“Ay, David, no sabes
el miedo que me dio cuando vimos los chaneques aquella vez. Iba yo caminando
con mi hermana por el bosque. Habíamos ido al río para traer agua a nuestra
choza. Cuando íbamos caminando por el campo, mi hermano dijo, ‘A mí no me dan
miedo esos chaneques. Qué me importa si se nos aparecen aquí mismo.’
Y en ese momento yo
miré hacia atrás y vi varios chaneques que nos venían siguiendo. La que estaba
más cerca de mí me miró, después miró hacia mi hermano. Y le señaló con la
cabeza, así, moviendo la cabeza para arriba y para abajo, como amenazando a mi
hermano, como afirmándole que efectivamente el chaneque sí existía…
Y nos fuimos corriendo
para nuestra casa.”
Esta serie se continuará...
[El presente texto se publicó originalmente en el siguiente portal:
http://arteyculturadebajacalifornia.blogspot.mx/2012/11/sonespantos-los-chaneques-mi-amiga-me.html ]
http://arteyculturadebajacalifornia.blogspot.mx/2012/11/sonespantos-los-chaneques-mi-amiga-me.html ]
me ha gustado mucho el post, los chaneques deben ser espiritus, personalmente no encuentro otra similitud. saludos
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